COLMILLOS ENAMORADOS
Me clavó su puñal viril en mi cavidad femenina. Yacía entre mis piernas, ellas mostraban dos montañas, dos cimas. Ansiaban y gritaban su nieve sumergida de hoja penetrante. Mi vulva ya no goteaba, añoraba sus delicias punzantes. Mis colmillos vampiros requerían su sangre.
Se volvió crucifijo, se volvió luz, cuando le hablé de amarle.
©️Susana Fraile.

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