ODA A LOS BESOS
Mi boca era un volcán en erupción, atesoraba mi lava de besos.
Encadené mis besos volcánicos, como el magma que clama liberarse.
¡Cráter cobarde el mío!
Mis rojas líneas sensuales ardían, estallaban y se derramaban cual barro en el torno alfarero.
Mi lengua penetrante deseaba bucear con la tuya. Y ahora sumergidas, dibujar las olas del mar para arrojarnos a la orilla, sentir su brisa y soñar.
Te envié una carta, fui el sello que llevaba la espuma de mi boca, fue la suprema sustancia lacrada que velaba mi amor.
Anhelo una cortina de besos de acero, quiero sentir su peso.
Nunca probaste mi rojo carmín, no hablo del pigmento, sino del vigor de mi pasión.
Adonde están los mimos húmedos que nunca te di…
Me quedé sin saber cuántos besos miden mis piernas.
Tendría mil razones para reprocharte que mis besos se quedaron huérfanos de versos.
En mi ávida boca dejaste una deuda, vuelve a saldarla.
© Susana Fraile

Comparte

Relacionados