Alzo el vuelo lentamente de los velos de mis ojos y aún a oscuras y rezagados, con los sueños velados por las plumas de mi almohada, me soplan y me dicen: Despierta, despierta, todo ha sido un anhelo y en él susurré este poema.
EL BINOMIO SECRETO
Nos quedamos con el deseo de trenzarnos al son de la música, sentirnos gaviotas, libres, gritando en las costas. Nos idealizábamos  contemplándonos en la vidriera de mi alcoba, rezumando un halo de vaho . Deseosos de seguir explorando el mapamundi de nuestros cuerpos, queríamos dibujarnos todos los ríos y yo desembocar en tus labios carnosos, que no los disfrutabas porque no querías abrigarte con el aura de la culpabilidad. Se perdieron los besos, iban por otro camino, distinto destino, quedaban mancillados porque te sentías el autor de un delito inmoral. Nos faltaron momentos abrazados frente a la chimenea, excitados por el terciopelo del manto del deseo. Que nuestras risas incandescentes yaciesen  en la cercanía del fuego. Voces desvelando nuestra pasión suspendida en el aire, que ardían sin llamas, ansiaban quemarse. Nos faltaron más y más caricias, infinitas en la cama, palabras vestidas sin armadura, nos hurtaron la estela de la marcha de la primavera y el llanto sangrante de nuestras amapolas, yermas sin alma. Nos faltaron sábanas de seda donde se deslizasen tus dedos a la luz del umbral de mi pistilo. Queríamos seguir retozándonos en el parque y aprisionar al verde silencioso, hasta el amanecer, desnudos, solo con el flexo de la luna en nuestra piel. Deseábamos brincar en todos los charcos que nos íbamos metiendo, según desfilaban los días de nuestra novela, capitulo a capitulo creamos un lago de falacias piadosas, para no labrar heridas colaterales. No hubo nunca un «nosotros» siempre permanecimos singular; él, ella, jamás plurales. Fuimos eso, amantes singulares que alimentamos la penumbra con retazos de promesas que se volvieron olas a la orilla del mar, se rompieron. Me quedé sin ser la arena de tu castillo.
Susana Fraile.
20 de junio 2022

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