Sé que estáis ahí, porque, aunque no os conozco ni os veo, os siento. Es como si tuviese un poder paranormal o un sexto sentido. Sé quienes sois sin que os mostréis.

 

Sé y os reconozco, a los que todavía tenéis ese niño latente, como un bebe recién presentado a la vida dando sus primeras notas del bombeo de su corazón. Sería un buen regalo tener esa melodía grabada.

 

Os preguntareis por qué lo percibo, ¿verdad?

Los intuyo porque a los que han dejado muy abandonado a su niño interior, se les nota en cada gesto, acción y reacción.

Cuando percibo a esas personas, se me eriza la piel y sin querer las observo detenidamente, como si pudiesen leer mi mente y deciros que vuestro abatimiento, suspiros, tristeza, desesperación, agotamiento mental, las ganas de tirar la toalla, las mismas que a veces mordéis de rabia e impotencia, todos las tenemos. Qué la vida no es fácil, pero si así lo fuese, qué aburrimiento. Empieza a salir mi niña interior, ¿veis que fácil?

 

<< ¿Qué hace uno cuando se siente así?>> me pregunto << ¿Cómo saber que de un tiempo para adelante todo ha cambiado? >> Cuando uno no sigue una imposición de comportamiento y emociones, que para los demás son lo establecido o normalizado; Es ahí donde nos surgen y mana nuestro problema, donde sentimos distintas nuestras dudas y entramos en bucle de preguntas, la gran mayoría de ellas, sin respuesta.

 

A veces, incluso para que lo demás te acepten y te tomen por “diferente” uno entra en el estereotipo de lo convencional.

<< ¿Eso es saludable?>>me pregunto << ¿No deberíamos ser todos auténticos y dejar a ese niño que nos hace flotar como si estuviésemos saltando de nube en nube?>> ¿Cuántas cosas nos perdemos por miedo a que nos abandone y se vaya de nuestro lado, como si de nuestra sombra se tratase? Si lo hiciésemos de ese modo podríamos conservar la inocencia, la naturalidad y espontaneidad que conlleva.

Intento mostrar y comportarme como lo que nuestro sistema nos dice o nos impone con nuestros amigos, vecinos, familiares, etc…

¿Qué hago con mis ganas de jugar? Sí, de verdad, quiero seguir jugando al escondite con los míos, saltar en los charcos, tocar timbres, mojar a mis amigas con botellas de agua. Jugar a bromear a unos niveles que la gente huérfana de ese niño no concibe. Lo perciben como en su fuero interno y sin el atrevimiento a decirlo ¡estás más loca! Cómo detesto esa dichosa palabra.

¿Por qué podemos sentir el amor de tantas maneras diferentes? ¿Qué es lo normal en los sentimientos? Para mí todo lo que sea con respeto y, por supuesto, esté consensuado, si hablamos de amor entre personas. Hasta en ese tema necesitamos a nuestro niño interior, sin su consejo estaríamos condenados a no ser felices. Cortamos siempre las alas a la imaginación, al decir lo que nos gusta o deja de gustar, por miedo a no ser aceptado y a no ser “normal”. Anteponemos el quedar bien y nos mostramos según lo que sentimos y preferimos siempre guardar los sentimientos por miedo a perder o a mostrar nuestras debilidades.

Creo que los amores juveniles no sé olvidan no porque nos marquen o sean más importantes que los venideros. En mi humilde opinión es porque los tratamos y nos comportamos con la más absoluta inocencia y la pureza de la niñez.

 

Deseo querer, gustar, disfrutar de todas las personas, me da igual, raza, color, etnia, clase social, edad…Y decirles que se dejen llevar.

Ahora está muy de moda el sexo tántrico, el yoga, lo espiritual, las meditaciones etc…

¿Por qué nadie nos ayuda a seguir manteniendo a ese niño interior vivo?  Los niños son felices y no hablo de vivir en ese estado infantil de manera continuada, todos debemos adquirir unas responsabilidades, incluso los niños.

¿No creéis que si le dejamos estar más latente entre nosotros seriamos más felices, dejándole que él se comporte sin miedos, sin frenos, seguir a su ritmo, sin condicionarle con la edad, situación o circunstancias? ¿Qué piensan? Que levante la mano quien no se queda mirando en un parque a los niños cuando hacen alguna trastada o solo juegan de manera inocente y siente unas ganas imperiosas de retroceder en el tiempo. Porque ahora no está bien visto que personas adultas jueguen y sigan los consejos que no se atreven a escuchar de su interior.

¿Cuántas personas lo pensáis? Decidme. Cuando uno supera el medio siglo de vida y está en un estado de inmadurez o síndrome de Peter pan, cuando deja de soñar, de imaginar, toda esa magia que te ofrece nuestro niño interior y que sin darnos cuenta y con anhelo empezamos a ser conscientes que hemos perdido. Pensad, por qué no nos seguimos quedando con ese niño.

 

Todos lo llevamos dentro.

Cuando sientas una emoción negativa, pregúntate:

¿Por qué te sientes así? Trata de conectar con tu niño interior, estoy convencida de que, sea el que sea el consejo que te de te va a hacer feliz.

Imagina tu etapa de la niñez, ¿verdad que si pudiésemos tener ese privilegio lo haríamos? Ahora haz un ejercicio de visualización e imaginación. Imagínate a ti mismo como eres ahora. Todo ese muro que has construido para no mostrar tus emociones y debilidades, no te hacen ser más maduro. Nos hace escondernos y mostrar una persona correcta que los demás desean o esperan. ¿Y esto para qué nos sirve?

Se trata de ser felices nosotros y no de hacer felices a los demás, mostrando alguien que no somos.

Hablo por mí y soy feliz cuando muestro mi niña interior. Creo que cada poro de mi piel rezuma, espontaneidad, diversión, imaginación, alegría, inocencia y magia. Todo gracias a esa niña que mimo y cuido para que no me deje nunca.

Os invito a que probéis y ver como reaccionáis, creo que poco tenéis que perder. Total, un niño lo único que nos trasmite es inocencia, frescura, risas etc…

¿Te animas?

 

©️Susana Fraile

«Lloro la tinta que pintan las palabras de mi alma «

 

Foto de Tatiana Syrikova en Pexels

 

 

Comparte

Relacionados