LLUVIA BOREAL

 

 

El día amaneció cubierto por una tonalidad acromática. Y sin avisar, presentó una lluvia boreal, caramelizada. Caía sobre mi cuerpo, desnudo y mustio, cual rocío de la mañana, y entonces supe que eras tú. Comencé a lamer mis rocosos corales e invocar el dulce de tus labios. No logro ver tu silueta, se va diluyendo. La lluvia ablanda mis recuerdos y mis apetencias asoman. Sus gotas chapoteadas son tus dedos vagando por mi rostro. Visualizo como los paseas por mi boca de fuego, como alborotas y enloqueces mis rizos verdejos. ¡Qué desfile de destellos tropicales! Me evocan tantas emociones, tantos pensamientos, que calan en mi alma, este aluvión abriga mi mañana boreal, cargada de nostalgia y vivifica tu presencia. Ella es la gota estrellada en el vacío y que no encuentro. Eres la lluvia vestida de deseo, eres un sueño glacial perdido en el océano. Eres el hombre lluvia y yo me hospedo en el desierto.

 

 

 

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