Mi flotador

 

Sois mi salvavidas, mis queridas letras. Me sumerjo en el océano buceando en vuestra búsqueda. Os encuentro y a modo de puntapié os envío de vuelta cual sirena, elevadas hacia la superficie. Os dejo junto a los rayos del sol, para que os vayáis secando con la brisa y el soplo de mi aliento, deseando empezar a daros estilo.

 

Empiezo a imaginaros. Nunca me detengo a pensar cómo podéis quedar bien o mal, siempre escucho a mi alma, que parece que es ella y el océano del que os hablo, los que me hacen crear las adecuadas para parecer pulcras ante las personas que tengáis a bien leer mis escritos. Las letras me están ayudando tanto, tanto, sin ser conscientes, a conocer gente muy interesante y a la vez me están dando tantas bofetadas a modo de aprendizaje. Que algunas arrinconan huella.

 

Las letras conseguís enriquecerme, me mantenéis en un estado de euforia, viajo a lugares que, aunque, me cuesta imaginarlos tengo la sensación de haber estado. Todo gracias a vosotras y a vuestros libros.

Cuando estoy con un folio en blanco aplico palabras que sólo en remanso de paz me brotan, me haces ser generosa y me impulsa a compartirlo. Terapia que agradezco y como esa niña que nunca abandono, hasta he llegado a saltar literalmente cuando me leéis. ¡Qué bien saben las caricias verbales para nuestros escritos!

 

Poso la pluma entre mis dedos, muy suavemente, la acaricio, como para premiar los beneficios que me aporta, la observo unos segundos y la pregunto, ¿qué acabaremos escribiendo? Todo es tan impredecible conmigo, tengo la sensación de escribir siempre algo que solo tú, querido conjunto de vocablos arrancas de mi alma. ¿Cómo tú, un folio en blanco unido a un conjunto de palabras, puedes provocar tanta paz, a la par que sensación de libertad en mí? ¿Cómo puedes plasmar tantos sueños y fantasías?

 

Hoy siento que eres mi amiga vital, a la que no me da miedo contarle nada, porque no temo tus rebates, miedos a los reproches, a las amonestaciones, aunque también sé que por tus silencios me quedaré sin tus alabanzas. Vosotras, mi flotador, las que me estáis manteniendo erguida y sacando mi mejor versión. Me ayudáis a mantener a mi nefelibata muy latente en mi pluma y en la tinta. Eres mi afición predilecta. Ansío ilustrarme y juntas poder seguir enriqueciéndonos, amontonando palabras en este mundo, rodeadas de tanto arte que tenemos a cada vuelta de nuestra esquina, pero nosotras soñaremos con llegar lejos con nuestros relatos, poemas, microrrelatos, lo que sea. No dejes que esta afición tan vigorosa me abandone. Sacando todo lo que mi alma guarda y tú consigues que expulse delante de ti, me desnudo, como cuando nacemos.

 

¿Si un día no me inspiras? No te pongas triste, pasaremos juntas el día, acompañadas de nuestros amigos, esos magos que nos hacen volar como si fuésemos dos aves en busca de libertad … nuestros libros.

 

¿Sabéis?  Este tema lo saco a relucir por los problemas que nos encontramos los escritores noveles. Vamos como pollos sin cabeza, ciegos ante este mundo desconocido y, sin embargo, cargados a borbotones de ilusión, porque nuestros escritos sean leídos y le interesen a un solo lector. Pienso en esas personas que juegan con nuestras ilusiones y de nuevo deambulo, me pregunto, ¿todo vale por llenarse los bolsillos? Da igual, la tenacidad, horas de trabajo, ilusión etc… Total, tengamos propiedades, dinero, Bienes, acciones, empresas, vamos a terminar en el mismo sitio que todos los humanoides y como bien dice un amigo mío escritor, Jordi Hortelano (está marcando diferencia en el mundo de las letras) a modo saludo” los que tenéis por costumbre respirar” pensadlo. Es demoledor y me hace pensar, ¿Por qué todo el daño, que nos hacemos tan gratuitamente, lo invertimos en hacernos bien?

 

En mi caso no soy escritora, ¿sueño con serlo? Todas las noches, me guarda el secreto mi almohada, llena de plumas, para cuando lo consiga, solo tenga que abastecerme de tinta. He de susurraros al oído que una palmadita a modo de reseña en algún post, deja la misma sensación que una quedada nocturna de amigos a la orilla del mar, algo mágico e impagable.

 

Apoyemos las letras y la cultura, en todas sus vertientes. Imagino que si yo me desnudo como hago en cada escrito, lo podemos hacer todos. Dejemos un legado con alma y sentimientos. ¿Hay mejor premio?

 

Ojalá se dé más visibilidad a las letras, que como dice mi encabezado, mi flotador…

 

©️Susana Fraile
*Lloro la tinta que pintan mis palabras*

Comparte

Relacionados